Equilibrio y Bien-Estar
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de tu propio cambio
¿Cómo saber si necesito psicoterapia?
Cada caso es único, pero en general, si existe un sentimiento de ansiedad o preocupación permanente, insomnio, desánimo, dificultad para comunicarse con otras personas, dolor emocional, relaciones de conflicto permanente con los demás, tristeza que parece no desaparecer, angustia o falta de motivación, puede ser signo de que se necesitan nuevas herramientas para salir de ese estado. También puedes necesitar terapia si sientes que quieres crecer, adquirir un mejor autoconocimiento o tener mayor consciencia y comprensión de la vida y lo que te ocurre.
¿Puede el sufrimiento llegar a enfermar física y mentalmente a una persona?
Sí. Está comprobado científicamente que los procesos mentales están relacionados con el sistema nervioso y otros sistemas fisiológicos. Y precisamente estudiando esta conexión podemos diseñar procedimientos e intervenciones orientadas a recuperar la salud mental y física, así como también prevenir la enfermedad. Sin embargo, es importante aceptar que el dolor es inevitable, pero existe la posibilidad de transformar esa experiencia en aprendizaje y sanación.
¿Se puede superar el sufrimiento?
Se puede aliviar. El propio y el de otros también. Y nuestro trabajo tiene el objetivo de colaborar con ese alivio a través de la autosanación, porque cada persona tiene ese potencial dentro de sí. Sabemos que es posible descubrir nuevas miradas, resignificar cada experiencia por dura que sea y transformarla en una vivencia enriquecedora. Nos interesa entregar conocimiento universal cuya información aumente la conciencia individual-transpersonal (lo que cada persona siente y cree) y la conciencia colectiva, es decir, el conjunto de creencias y sentimientos comunes de la sociedad en que vivimos, de modo que podamos ampliar la comprensión de la realidad.
¿Como me doy cuenta si mi hijo/a necesita terapia?
Algunos signos en niños y niñas son los cambios de conducta y de ánimo, dificultad escolares, inapetencia, autoagresión, agresión a otros niños, enuresis (orinarse), encopresis (incontinencia fecal), dificultades en la conducta alimentaria y también los trastornos del sueño.